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La epilepsia hereditaria es aquella que puede ser heredada de padres a hijos. La epilepsia genética, en cambio, es aquella que podemos atribuir como causa a la mutación de uno o más genes.

Muchas veces confundimos los términos hereditario y genético. Con la epilepsia pasa lo mismo. Ambos tipos de epilepsia están relacionadas con los genes, es decir con las unidades básicas de la herencia que conforman nuestras características como seres humanos: color de cabello, ojos, etc. y que hacen que tengamos características similares a nuestros padres o abuelos.

A fecha de hoy disponemos de evidencia científica que nos permite afirmar que algunos genes pueden causar epilepsia, y afirmar asimismo que algunos de estos genes pueden ser heredados. Ahora bien, algunas epilepsias provienen de la mutación de genes, una mutación provocada por factores ambientales o externos que no son transmitidos de padres a hijos. En este caso, hablamos de epilepsia genética pero no de epilepsia hereditaria.

La epilepsia hereditaria

Aunque existen algunos tipos de epilepsia que pueden ser hereditarios, no suele ser así. En su mayoría, hablamos de enfermedades hereditarias que tienen crisis epilépticas como síntomas añadidos.

El estudio genético

Cuando se diagnostica epilepsia sin encontrar una causa concreta de su aparición, es importante realizar un análisis genético de exomas completo y genoma específico. Este estudio nos permitirá detectar si ha habido alguna mutación genética y nos dará más información sobre su evolución, a la vez que nos orientará para pautar el tratamiento más adecuado para cada tipo de paciente.

Otras causas de la epilepsia

Es importante tener en cuenta que, en muchos casos, podemos encontrar la causa de la aparición de la epilepsia en elementos externos como daños cerebrales, lesiones prenatales, traumatismos craneoencefálicos o accidentes vasculares. También puede provocar epilepsia haber sufrido una infección o un tumor cerebral. Es por ello que sólo se valora la posibilidad de que existe una epilepsia genética cuando no hay una causa identificable que determina su aparición. En estos casos hablamos de epilepsia idiopática o criptogenética.

 

Fuente: Centro Médico Russi, Barcelona